Estimados Pastores, Líderes y Hermanos en Cristo:

Desde nuestra Asociación Civil Siembra, consideramos fundamental extender nuestro pronunciamiento frente a esta situación que estamos atravesando. Detallamos desde tres perspectivas, nuestra postura como Asociación cristiana y profesional, desde la posición jurídica, desde la posición Pastoral y desde la posición Médica.

Posición jurídica

Estamos formando parte de una situación difícil a nivel mundial, por la cual está siendo atacada la salud de toda la humanidad. Humanidad por la cual nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz del Calvario; y, que gracias a su gran amor hoy tenemos la esperanza de vida eterna. Humanidad a la cual Él nos encargó para que la discipulemos y les enseñemos a guardar todo lo que él nos mandó. En Lucas 10:27 el mismo Señor Jesús que dio su vida por nosotros demostrando su gran amor hacia cada uno, nos enseña: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Esta pandemia nos está llevando a desarrollar al máximo este mandamiento, o mejor dicho, este resumen que de los Diez Mandamientos hizo Jesús; y que no es otro que el de amar a nuestro prójimo.

¿Cómo lo podemos hacer? Quedándonos en nuestros hogares y de esa manera evitar el contagio comunitario. Muchos están anhelando el reunirse en los templos y ver a sus hermanos en las diferentes congregaciones y actividades, pero hoy Jesús nos manda a amar a nuestro prójimo.

Creemos que como organización de profesionales cristianos y desde nuestros humildes saberes; y a los efectos de desarrollar nuestro amor al prójimo, es nuestro deber exhortar a cada uno, a no realizar reuniones o cultos, a los efectos de que no ocurra lo que la Dra. Rodríguez nos explica más detalladamente a continuación de estas líneas.  Hemos visto en noticias la triste actitud de un miembro de nuestra comunidad cristiana, desacatando directivas médicas y provocando el contagio de varias personas, violando el mandato de amar a nuestro prójimo, y, entendemos que no debería repetirse, no solo por el bien
del prestigio de la comunidad cristiana, sino, y que es lo más importante, por el bien de toda la sociedad de este país.

A nivel mundial, y según testimonios de varios especialistas médicos, en esta etapa y debido a la inobservancia de las disposiciones de las autoridades, se provocó el contagio comunitario, que ha llevado al colapso de los sistemas de salud de potencias mundiales, con unas 800 o más muertes diarias.
Hay países en donde los muertos son llevados en ataúdes de cartón y otros directamente quemados en las calles. ¿Queremos que pase esto en Uruguay?
Si bien el gobierno no ha resuelto la cuarentena obligatoria, si, nos ha sugerido que nos quedemos en nuestros hogares, (apelando a la consciencia de los ciudadanos) lo que desde ya es una disposición de una autoridad que debemos acatar. Ni que hablar, cuando un médico nos indica que debemos guardar cuarentena porque tenemos los síntomas de la enfermedad o ya la padecemos.

En tal sentido para ilustrar nuestra responsabilidad penal, tenemos los artículos 173 y 224 del Código Penal, en los cuales nos tratan de los delitos de desacato el primero de ellos, que ocurre cuando desobedecemos abiertamente el mandato de un funcionario público; y, el segundo nos habla de: (Daño por violación de las disposiciones sanitarias) “El que mediante violación de las disposiciones sanitarias dictadas y publicadas por la autoridad competente para impedir la introducción o propagación en el territorio nacional de enfermedades epidémicas o contagiosas de cualquier naturaleza, causare daño a la salud humana o animal será castigado con tres a veinticuatro meses de prisión. Será circunstancia agravante especial de este delito si del hecho resultare un grave perjuicio a la economía nacional”. Podrán decir que el gobierno no ha decretado la cuarentena y por lo tanto no se aplicaría este delito, pero en la medida de que haya una disposición dada por un médico de guardar la cuarentena y no lo hago, y, con ello propago la enfermedad, que sabemos que es más que  epidémica y que causa daño a las personas y animales, podemos estar incluidos en esta disposición.
Pero más allá de todo eso, está nuestro deber de “ser ejemplo de los creyentes (y agrego de todas las personas) en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12). Para concluir, creo que tenemos la oportunidad clara de poder impactar con el mensaje del evangelio en este tiempo; y la manera más clara es amando a nuestro prójimo, guardando los mandamientos de Dios y siendo ejemplo a los demás.

¿Cómo? Ayudando a aquellos que no pueden salir de sus casas, llevando alimentos a los que no tienen (cumpliendo en ambos casos con las medidas sanitarias de prevención); y, si no realizamos ninguna de ambas actividades, además de aquellos que deben salir a trabajar, lo mejor es, quedándonos en nuestros hogares y
deteniendo el contagio comunitario. Ya tendremos oportunidad de ver a nuestros hermanos en vivo y abrazarlos cuando todo esto termine.
Federico Baranzano. – Abogado

Posición Pastoral

Nuestro compromiso CRISTIANO es mostrar que somos, «LA SAL DE LA TIERRA Y LA LUZ DEL MUNDO» Mt. 5.13 y 14.
Por ello, somos quienes sazonamos, es decir damos énfasis y sentido a la vida haciendo diferencia con un buen testimonio. Somos los que preservamos y cuidamos, procurando mantener los principios de orden, frente a todo aquello que puede deteriorar o contaminar. Así mismo ser luz de esperanza y ejemplo que ilumina y alcanza, claridad en medio de las tinieblas de ignorancia que conduce a apresuramiento y desatinos cargados de impaciencia. Apelamos al llamado que Dios nos hace de ser Sal y Luz y de ese modo evidenciar en nuestras conductas y decisiones que somos cristianos que se dejan abrazar por la sabiduría de lo alto
como dice Santiago 3:13 – 18. Seamos justos y respetuosos del orden y de lo establecido por Dios, las autoridades pues eso agrada a Dios. Romanos 13:1- 8
Roger Villanueva- Misionero y Pastor.

Posición Médica

Estamos transitando algo inédito para cualquiera de nosotros, y seguramente para alguno de ustedes es muy difícil mantener la comunión y el relacionamiento entre los hermanos de su congregación, pero no es imposible, ya que se impone usar los medios digitales, videollamadas y videoconferencias a través de distintas plataformas.
Pero lo que NO debemos hacer es volver a congregarnos en un templo, o cualquier otro lugar donde se conglomeren personas. En esta etapa que transcurre de la pandemia de COVID 19 es sumamente importante mantener es distanciamiento social. Se demanda de nosotros un “sacrificio” como lo es no poder alabar “juntos y en armonía”, porque si en este momento “aflojamos” las medidas para evitar el contagio seguramente tengamos una oleada de los mismos. Por tanto, el no congregarme hoy tendrá incidencia en lo que pasará en 2 semanas, y muy probablemente a mí no me perjudique, pero sí al sistema de salud, a mis vecinos y
compañeros de trabajo y sin lugar a dudas a mi familia. Como hijos de Dios debemos dar el ejemplo de que hacemos cosas, modificamos conductas y hábitos pensando en el otro. Por ej. si en una ciudad chica se contagian la mayoría de los médicos, esa ciudad no tiene recursos para sustituir un número elevado de médicos y el servicio se verá sumamente restringido y por ende la salud en general de su población.

Así que por ahora mantenemos la recomendación de quedarse en casa, cumplir el distanciamiento social, físicamente hablando, y si tiene que salir por un motivo de fuerza mayor, hágalo con mascarilla facial y sepárese 2 metros de las otras personas.
Dra Edivia Rodríguez- Médica pediatra.

Ante cualquier duda o consulta, estamos a las órdenes, contamos con varios profesionales de éstas y otras áreas para poder asesorarlos y apoyarlos en este momento.

Que Dios los bendiga y que Él siga tratando con cada uno de nosotros de acuerdo a Su Plan.

Con amor en Cristo
Asociación Civil SIEMBRA.